A medida que Estados Unidos entra en una nueva etapa de la guerra contra el terrorismo, se perderá su mejor oportunidad para derrotar al Estado Islámico y a otros grupos radicales en Medio Oriente si no emplea un arma crucial pero poco utilizada: una agenda enérgica de fortalecimiento económico. En este momento, solo escuchamos hablar de ataques aéreos y maniobras militares, lo que es previsible cuando se enfrenta a matones empeñados en producir el caos y la destrucción.